Paso 4: Desmontar los mercados de carbono y sistemas de compensación de emisiones
No podemos salir de este problema si seguimos pensando del mismo modo que cuando entramos en él. Por eso criticamos la primera solución que propusieron políticos y sector privado, un nuevo mercado, el mercado de carbono, donde, en teoría, una mano invisible empujaría de forma mágica a todos los actores para tomar decisiones razonadas y equilibradas.
El primer mercado de carbono del mundo (y el de mayor tamaño) es el Régimen de Derecho de Comercio de Emisiones de la UE (EU-ETS), y en él se compran y comercializan los derechos de emisión. En teoría, este mercado convertiría el acto de contaminar en un mal negocio. Y por ello, las industrias se alejarían gradualmente de las energías sucias. Pero los hechos demuestran que, a día de hoy, el sistema ha sido un fracaso. Esto se debe a una fijación de precios demasiado baja, al fraude, a la asignación excesiva de permisos de contaminación y a unos beneficios caídos del cielo para las empresas más contaminantes mediante la asignación de permisos gratuitos. Sin embargo, este fracaso no ha servido para desmontar el mercado por inefectivo, todo lo contrario: en estos momentos se están diseñando en todo el mundo esquemas muy similares.
Cuanto antes reconozcamos que este mercado no es la respuesta mágica que necesitamos para abordar el cambio climático, antes nos centraremos en potenciar verdaderas soluciones de efectividad contrastada.
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