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¿Qué impactos tienen los transgénicos en el medio ambiente?

¿Provoca problemas la liberación de transgénicos al medio ambiente?

Muchos y variados, pero lo peor de todo es que algunos de estos problemas son imprevisibles. Se están liberando semillas con genes de especies que no se cruzarían en la naturaleza. Una semilla, transgénica o no, no sabe de fronteras.

Los 15 años de experiencia en el cultivo de transgénicos han proporcionado evidencias científicas suficientes que demuestran sus impactos sobre el medio ambiente.

Por ejemplo, Francia y Alemania prohíben el cultivo del maíz transgénico que se cultiva en España, además de por los posibles daños para la salud humana, también por sus graves impactos para el medio ambiente:

– Daña a la fauna del suelo.

– Daña a otras especies de insectos beneficiosas.

– Es imposible prevenir la contaminación genética: no se puede contener el polen, transportado por el viento o las abejas. Una vez liberada una planta transgénica, es imposible evitar que contamine a sus equivalentes no transgénicos.

 

Pero además, a nivel global se ha comprobado que:

– Los transgénicos multiplican el uso de herbicidas y otros agrotóxicos, con las consecuencias que esto supone para el medio ambiente y la salud humana.

– Promueven un modelo de agricultura altamente industrializado que está expandiendo la frontera agrícola en zonas naturales de América Latina.

– Muchos agricultores de EEUU y Argentina tienen graves problemas de control de malas hierbas, ya que las malas hierbas se están volviendo resistentes a los herbicidas asociados a los cultivos transgénicos.

– Algunos cultivos transgénicos transfieren los genes introducidos a plantas silvestres emparentadas, transmitiendo esta modificación genética, lo que afecta gravemente a la biodiversidad y plantea consecuencias imprevisibles de estos nuevos seres liberados al entorno.

 

¿Pueden los organismos modificados genéticamente dispersarse por el medio ambiente?

Sí. Una semilla, transgénica o no, no sabe de fronteras y llega hasta donde las abejas, el viento, el agua, los animales, etc., la transporten.

El riesgo es que se están liberando semillas con genes de especies que jamás se cruzarían en la naturaleza, y contaminan cultivos convencionales o ecológicos, y hasta plantas silvestres emparentadas. La repercusión de estos nuevos organismos en la naturaleza es totalmente imprevisible.
Además, al tratarse de seres vivos, y una vez liberado al medio ambiente, no se pueden “limpiar” posibles contaminaciones.

 

¿Los transgénicos representan un peligro para la biodiversidad?

Sí. Por diversas razones, los cultivos transgénicos ponen en peligro la biodiversidad:

– Incremento del uso de herbicidas y fertilizantes, con sus impactos sobre suelo, agua, flora y fauna;

– Impacto de los cultivos resistentes a plagas sobre insectos y microorganismos del suelo;

– Contaminación de especies silvestres;

– Cambios de uso del suelo (deforestación y desecación de turberas) para ganar terrenos para la agricultura industrial.

 

He oído que ayudan a combatir el cambio climático…

Falso. Dentro del modelo de agricultura industrial transgénica, se está incrementando el uso de fertilizantes sintéticos para aumentar los niveles de nitrógeno en el suelo, con la consiguiente emisión de N2O (óxido nitroso), un poderoso gas de efecto invernadero.

 

¿Existe relación entre los cultivos transgénicos y la deforestación?

Sí. El cultivo de soja transgénica para alimentar la ganadería industrial es responsable de gran parte de la deforestación en América del Sur. La superficie de tierras cultivadas con la soja transgénica de Monsanto aumenta mientras que los bosques, riquísimos en biodiversidad, disminuyen notablemente.

Por ejemplo: en Argentina, más de 200.000 hectáreas de bosque primario desaparecen cada año, debido principalmente a la expansión de los monocultivos de soja transgénica.

Las imágenes de satélite muestran que en Brasil, entre 2001 y 2004, 540.000 hectáreas de bosque y 939.600 hectáreas de pastos se convirtieron en cultivos de soja. Según las previsiones, la producción de soja aumentará en 5 millones de hectáreas para 2020, llegando a las 26,85 millones de hectáreas (la superficie de Nueva Zelanda). La soja es el principal producto de negocio de Brasil y ocupa más tierras que cualquier otro cultivo. Es habitual talar bosques para cultivar soja; además la expansión de la soja muchas veces sustituye y empuja a la ganadería hacia los límites del bosque.

 

¿Contribuyen a la sostenibilidad?

No. La mayor evaluación de la agricultura mundial realizada hasta la fecha fue un proyecto que duró 4 años, desarrollado por la ONU, la FAO, el Banco Mundial y otras agencias, junto a más de 400 científicos.
La conclusión fue clara: hay que apostar por métodos agrícolas biológicamente diversos y los cultivos transgénicos no desempeñan un papel relevante en la búsqueda de la sostenibilidad.

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