Paso 5: Poner fin a la impunidad de las empresas en el Sur global
Cuando hablamos de nuestro futuro libre de combustibles fósiles, hablamos de un Estado español que no explora, extrae, ni importa este tipo de energía ni aquí, ni en otras partes del mundo.
Hoy en día, la exploración de hidrocarburos tiene graves impactos en los países, dañando al medio ambiente, las personas y el clima. La extracción de combustibles fósiles, a menudo, se ve asociada a violaciones sistemáticas de derechos humanos, y a una corrupción a gran escala. Etiquetada como una “maldición” por muchos, los países que tienen reservas fósiles, frecuentemente, tienen unos bajos índices de riqueza y de desarrollo humano.
El delta del Níger es uno de los lugares más contaminados del mundo, debido a más de 60 años de
extracción de petróleo. La contaminación masiva está destruyendo los ecosistemas y convirtiendo la tierra en una zona inhabitable. Eso hace que agricultores y pescadores locales se hayan visto privados de su sustento. Además, la quema de gases y la contaminación tóxica de las refinerías están causando enfermedades en las comunidades vecinas.
Las energéticas españolas y europeas como Repsol, Shell, BP o Total, están teniendo un impacto negativo directo sobre las comunidades en el Sur Global, y esto hace colapsar los ecosistemas y las economías locales. Por no hablar de su salud. Además las poblaciones más afectadas suelen ser las más vulnerables a los impactos del cambio climático. En esos lugares, la impunidad corporativa es la regla, y las comunidades afectadas casi nunca reciben compensaciones por los daños. Las compañías fósiles deben asumir su responsabilidad y rendir cuentas ya.
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