Con la excusa de la salida de Jair Bolsonaro de la Presidencia brasileña, el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) vuelve a cobrar vida. Desde octubre del año pasado, más y más dirigentes de la UE apuntan que estamos ante la oportunidad perfecta para relanzar y ratificar este acuerdo.

Pero, si bien la llegada de Lula representa un halo de esperanza para los pueblos originarios, para la recuperación de políticas medioambientales que fueron erradicadas, y para la lucha contra el fascismo en Brasil, los pilares sobre los que se sostiene el acuerdo UE-Mercosur siguen siendo extremadamente dañinos para la salud del planeta y las personas. 

Este acuerdo sólo significa más crisis climática, más deforestación, más pesticidas tóxicos, más vulneración de los derechos de los pueblos originarios y menos soberanía alimentaria. El libre comercio camina de espaldas y profundiza los grandes retos que tenemos por delante. Por si fuera poco, España es uno de los grandes impulsores de este acuerdo y se ha propuesto conseguir su ratificación en el segundo semestre de 2023, coincidiendo con la Presidencia española de la UE. 

Por eso, el 31 de enero a las 19 h estaremos frente al Ministerio de Asuntos Exteriores (Madrid) exigiendo que no se ratifique.

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