Un paso más en la protección de la biodiversidad significa un paso más en la protección de las personas
Amigos de la Tierra celebra los avances en la Cumbre de Nagoya por sus futuros efectos positivos sobre la biodiversidad y los pueblos que viven de ella
Amigos de la Tierra, presente en la 10ª Cumbre de la Convención de Diversidad Biológica en Nagoya, considera que la conferencia ha sido un éxito. Las negociaciones han concluido con la adopción vinculante de un Protocolo internacional contra la Biopiratería y con nuevos objetivos para frenar la pérdida de biodiversidad en 2020. A pesar de las deficiencias de dicho Protocolo y de que los objetivos deberían de haber sido más ambiciosos, para la ONG internacional el resultado global es un claro avance en la protección de la biodiversidad.
El Protocolo de Nagoya salvado en el ultimo minuto
El Protocolo contra la Biopiratería se ha salvado gracias a una propuesta en el último momento del gobierno de Japón, cuando parecía que las diferencias entre las partes eran insalvables. Si bien el texto no asegura suficientemente un adecuado cumplimiento, lo que abre la puerta a posibles fraudes, el resultado es muy positivo: los países tendrán la obligación de combatir la biopiratería y se han fortalecido los derechos indígenas y de poblaciones locales sobre sus recursos y sus conocimientos ancestrales; pensemos que medicamentos como la “Aspirina”, provienen de la medicina tradicional de indios canadienses, que cocían cortezas de sauce para utilizar el bebedizo como calmante. Importantes multinacionales farmacéuticas mantienen a investigadores en contacto con “curadores” indígenas en su búsqueda de fármacos “milagrosos” contra el cáncer y otras enfermedades del mundo desarrollado. Pese a ello nada han recibido a cambio.
La adopción de una estrategia para “tomar medidas urgentes y efectivas que detengan la pérdida de biodiversidad para 2020” ha sido otro de los pasos fundamentales en la Cumbre. Las arduas negociaciones, en parte debido a la presión de multinacionales con claros intereses comerciales, y la necesidad de una financiación adicional procedente de los países industrializados, han rebajado los objetivos en comparación con el borrador inicial. Por ejemplo, el texto recoge que la pérdida de hábitats debe recortarse a la mitad para 2020 – en vez de llegar a cero, lo que implica que se seguirán perdiendo 6 millones de hectáreas de bosque al año. Ello no solo supone una importante pérdida de biodiversidad y quizás la desaparición de plantas con efectos medicinales decisivos: muchos pueblos del mundo subsisten gracias a lo que obtienen de los bosques, su desaparición (debida a intereses de grandes compañías) no se conseguirá sin muertes, hambrunas y seres (anteriormente felices) desplazados a los cinturones de miseria del inframundo. Sin embargo, de cumplirse los objetivos acordados, se conseguirán grandes pasos para detener la pérdida de biodiversidad en todo el mundo.
La nota negativa de la cumbre se sitúa en la financiación de las medidas de conservación de la biodiversidad en los países en vías de desarrollo. Si bien se han producido algunos avances, las decisiones sobre financiación de la Estrategia tendrán que esperar a la próxima Conferencia de las Partes en India en 2012.
A partir de ahora, estos compromisos se tienen que plasmar a las políticas nacionales, incluida España. Los gobiernos necesitan analizar los incentivos que son contrarios a la biodiversidad y ratificar e implementar el Protocolo de Nagoya contra la biopiratería, así como adoptar los nuevos objetivos estratégicos en sus políticas de carácter nacional.
Fernando Ramos, observador de Amigos de la Tierra en el Convenio, lamenta, sin embargo, el fuerte inmovilismo que se aprecia en el campo de la Educación y la Comunicación Ambiental: consideradas como transversales a todo el Convenio y reconocidas como estratégicas para el éxito de sus programas hasta el punto de merecer durante la Cumbre una “feria” de experiencias, la realidad es que la mayoría de las acciones expuestas eran las mismas que se hubieran podido observar en un encuentro de inicios del siglo XIX: actividades en la naturaleza con niños. ¿Tienen los niños algo que ver con la extinción del lince ibérico? ¿Pueden hacer algo al respecto? ¿Por qué no se trabaja con los sectores que están asociados a las causas de su extinción? Propuestas avanzadas como las de la UICN, que incluyen técnicas específicas para trabajar con los agentes sociales que generan la pérdida real de biodiversidad, no pueden ocultar que hace falta un cambio muy profundo en los gestores de la diversidad biológica mundial, que les permita comprender que los problemas ambientales son en realidad problemas de origen social. En este sentido tenemos mucho que aprender de los pueblos del Sur Global, que dentro de sus posibilidades intentan cuidar de su biodiversidad porque en ello les va la vida, cada día del año.
A pesar de ver el acuerdo con optimismo, Amigos de la Tierra es consciente del reto que queda abierto: muchos aspectos del Convenio solo se cumplirán con la vigilancia y la presión de muchas ONGs de todo mundo.