El pasado sábado se declaraba un incendio en el las instalaciones del Ecoparque de La Rioja, la mayor planta dedicada al reciclaje de residuos.  Se desconocen las causas que originaron el fuego, que ocasionó una densa columna de humo negro que pudo apreciarse desde varios kilómetros de distancia. Tras horas de intervención, finalmente el incendio era controlado.

Desde Amigos de la Tierra consideramos que el incendio declarado en el Ecoparque de La Rioja se debe a una “deficiente” gestión de la instalación. Era precisamente en la zona donde se almacenaban los envases, donde se originaba el fuego.

Tampoco es la primera vez que ocurre, sino todo lo contrario, la propia Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje asegura “que los incendios van en aumento”. Este año ya hemos presenciado otros, como los incendios de Alcorcón y de Almendralejo en marzo.

Reclamamos como urgente y necesario un cambio en la gestión de residuos. Y consideramos que ahora, más que nunca, el Gobierno tiene la oportunidad de poner fin a ese sistema a través de la nueva Ley de Residuos que se está terminando de gestar y para la que, desde Amigos de la Tierra hemos realizado recomendaciones clave.  

Nuestro modelo económico se basa en la incultura del “usar y tirar”, tenemos que poner fin a este modelo y avanzar hacia la cultura de la reutilización. La pandemia del coronavirus ha empeorado esta situación, al provocar un aumento en el uso de productos desechables en base a la creencia errónea de que éstos son más seguros que los productos reutilizables. Apostamos por un modelo de reutilización basado en el sistema de depósito, devolución y retorno. No nos cansamos de luchar por reforzar nuestra legislación en materia de residuos, para que se adapte a la situación de emergencia climática en la que nos encontramos, y de actualizar un modelo de gestión anticuado y deficiente.

Además, con respecto a los residuos orgánicos, consideramos que implantar la recogida selectiva en origen de la materia orgánica es la medida más eficaz para luchar contra la desertificación y la pérdida de suelo en todo el territorio. Esto implica desarrollar el potencial del compostaje descentralizado como mejor opción para el tratamiento de los residuos orgánicos.

Hay que avanzar hacia un modelo de “residuo cero” que aproveche al máximo los limitados recursos naturales del planeta y minimice la contaminación. Sólo este enfoque contribuirá a una salida justa y sostenible a la actual crisis que priorice a las personas y al planeta por encima de los intereses empresariales particulares.