Un dique en Madrid contra el cambio climático
Bajo el lema el clima está cambiando es hora de actuar. Activistas de Amigos de la Tierra construyen un dique con sacos de arena para alertar de los impactos del cambio climático. Junto con la acción, Amigos de la Tierra ha puesto en marcha una “video-acción” desde el sitio www.sosclima.org para pedir el compromiso de representantes políticos nacionales y autonómicos para actuar ya frente al cambio climático.
Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y con ello la probabilidad de que los impactos del cambio climático se agraven. El aumento del nivel del mar pone en riesgo la vida de millones de personas que viven próximas a las costas. El calentamiento global está provocando la fusión acelerada de ingentes masas de hielo antártico, así como el derretimiento de la superficie helada de Groenlandia, que provocaría una elevación del mar de varios metros.
Cientos de islas del Pacífico y extensas zonas de India, Bangladesh o incluso los Países Bajos podrían quedar sumergidas como consecuencia del aumento del agua, comprometiendo la disponibilidad de agua para beber o para la práctica agrícola. Un gran parte de la población mundial vive en zonas costeras y más de 100 millones de personas tienen sus casas por debajo del nivel mar.
El clima está cambiando es hora de actuar
Para alertar de estos y otros peligros asociados al cambio climático activistas de Amigos de la Tierra han construido un dique con sacos de arena y han desplegado una pancarta con el lema el clima está cambiando es tiempo de actuar.
Según las recomendaciones científicas tenemos entre 4 y 10 años para empezar a reducir globalmente las emisiones. El primer paso lo deben dar los países industrializados que han provocado el cambio climático con la quema continua de combustibles fósiles (Petróleo, Gas Natural y Carbón) desde hace más de 200 años, fijando objetivos ambiciosos de reducción de emisiones y comprometiéndose a financiar la adaptación de los países empobrecidos.
Solucionar el cambio climático no será sencillo, pero las alternativas tendrán un coste económico inferior a los costes de inacción. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para que el aumento de la temperatura no supere los temibles 2ºC será posible si reducimos nuestra dependencia de los combustibles fósiles y se acometen cambios profundos en todos los sectores económicos.
Ya son muchas las personas que a título individual o colectivo tratan de minimizar su impacto en el clima, pero los esfuerzos se ven limitados y condicionados por las decisiones políticas, que no incentivan un cambio rápido y profundo en nuestros sistemas de producción y nuestros patrones de consumo. Hace falta una legislación exclusiva de cambio climático que fije objetivos de reducción anuales de emisiones en todos los sectores en el corto plazo y de forma vinculante, sólo así será factible asegurar la acción política y la disminución de las emisiones.