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Recursos naturales y residuos

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Prescindir de las bolsas de un solo uso es urgente

10 marzo 2011

Amigos de la Tierra, a través de las miles de adhesiones a su campaña Zonas Libres de Bolsas, demuestra que la reducción de las bolsas de un solo uso es posible y pide la prohibición de su distribución gratuita.

En los últimos días se ha reabierto el debate sobre las bolsas de plástico de un solo uso, a raíz de la propuesta del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de sustituirlas por bolsas de materiales biodegradable en el Proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados aprobado la semana pasada.

Las bolsas de un solo uso, que la inmensa mayoría de los comercios distribuyen gratuitamente a sus clientes, es un claro símbolo de la incultura de “usar y tirar”. Se necesitan 12 millones de barriles de petróleo para producir los 100 billones de bolsas que se consumen anualmente en España. Además, su vida útil es de 20 minutos y solo un 10% de las bolsas de plástico son recicladas, mientras el resto acaban en vertederos e incineradoras, desperdiciando recursos naturales y contaminando atmósfera, suelo y agua.

Pero la sustitución por otro material biodegradable no es la solución. La distribución gratuita de bolsas biodegradables traslada la demanda de recursos naturales para la fabricación de las bolsas del petróleo al papel o cultivos de maíz y patata. En un mundo donde los recursos naturales son cada vez más escasos, la sostenibilidad pasa por una reducción en términos absolutos del uso de recursos y no por la sustitución de unos por otros. No tiene ningún sentido que utilicemos la tierra, escasa en un planeta con cada vez más habitantes, para producir unas bolsas perfectamente prescindibles y de vida útil con un promedio de 20 minutos.

Por estas razones Amigos de la Tierra viene solicitando, desde hace varios años, medidas legislativas que garanticen la reducción de bolsas comerciales de un solo uso y en particular la prohibición de su distribución gratuita. Está más que demostrado que los acuerdos voluntarios no funcionan, y ejemplo de ello han sido las campañas puestas en marcha por numerosas empresas a lo largo de este pasado año sin apenas resultados.

“Llevamos comprobando desde 2009 que las empresas no terminan comprometiéndose. Con los acuerdos voluntarios no se han conseguido los resultados esperados, lo que indica que las medidas han de ser mucho más exigentes”, señaló María Durán, responsable del Área de Residuos de Amigos de la Tierra. El caso de Irlanda es muy ilustrativo: se alcanzó tan sólo una reducción del 5% de las bolsas distribuidas con acuerdos voluntarios, y en cambio una reducción del 95% mediante la imposición de una tasa de 20 céntimos por bolsa. Tampoco han sido suficientes las campañas de sensibilización, aunque tienen un componente indudablemente positivo para que la propia iniciativa de la ciudadanía consiga reducir el uso de bolsas. Esto ha dado pie a que se incumpliese totalmente el objetivo marcado en el Plan Nacional Integrado de Residuos de reducir en un 50% las bolsas de un solo uso para 2010

Ante la necesidad de prescindir de las bolsas de un solo uso por evidentes razones socioambientales, Amigos de la Tierra está demostrando que es posible. Su campaña Zonas Libres de Bolsas se encuentra respaldada a día de hoy por más de 3.000 personas a título individual, 260 establecimientos comerciales de todo el territorio español y varios centros educativos y dependencias municipales. Todas estas personas y entidades han decidido cambiar el hábito de usar y tirar, y pasarse a la cultura de la reducción y la reutilización, firmando su compromiso de abandonar el uso de estas bolsas y sustituirlas por las múltiples alternativas existentes.

En el contexto actual de crisis ambiental y alimentaria, y al existir numerosas opciones, es de esperar que en el trámite parlamentario de la Ley de Residuos, los diputados asuman su responsabilidad y prohíban la distribución gratuita de las bolsas de un solo uso, huyendo de la falsa solución que representa sustituir el plástico por otros materiales biodegradables.

En Amigos de la Tierra contamos con el apoyo de más de un millón de personas en más de 70 países de los cinco continentes