Este 8 de marzo, con más fuerza que nunca reivindicamos un feminismo interseccional, popular y comunitario que se construye desde las bases y arraigado en las experiencias colectivas de mujeres, de lo local a lo global y entre lo rural y urbano. Un feminismo construido en el marco de la soberanía alimentaria.

El feminismo y la soberanía alimentaria son luchas que convergen en su oposición a la desigualdad y que visibilizan la necesidad de producir cambios profundos en un sistema basado en la explotación de la vida, de los cuerpos y de los territorios. Amigos de la Tierra, somos una federación de base por la justicia ambiental y social, y reconocemos la justicia de género y el desmantelamiento del patriarcado como elementos esenciales para lograr cambios transformativos. Defendemos y creemos, que sin justicia de género, no habrá justicia social y ambiental. Acabar con las situaciones de injusticia no es posible sin desmantelar el sistema económico actual, fundamentado en el patriarcado, y en el productivismo que espolia a la vida de su valor. La forma en la producimos y consumimos se monopoliza atendiendo a variables económicas que dejan de lado todas aquellas valías que no se pueden monetarizar. Y desde el feminismo reivindicamos que es necesario acabar con todas las formas de opresión estructural para alcanzar la justicia ecosocial, incluidas aquellas formas de producción y consumo de alimentos ligadas a la devastación de vida como la agricultura y la ganadería industrial. Y en paralelo reclamamos la necesidad de construir una nueva cultura de la igualdad y de la sostenibilidad que ofrezca una alternativa justa y defendible frente a las políticas desarrollistas, las cuales tuvieron como resultado la situación de emergencia social y ambiental actual.

Con una visión ecofeminista, queremos dar visibilidad a un modelo campesino productivo, en el que la cultura campesina es la base, ligada al territorio, y si este territorio es de pasto, se genera una cultura campesina entorno a la ganadería extensiva y de pastoreo. Queremos poner de manifiesto la conexión específica con el territorio basada en los recursos que nos ofrece para la vida y que desde la agroecología reivindicamos. Esta conexión con el territorio es además base del feminismo comunitario, en el que cuerpo y territorio forman un continuum.

No podemos olvidar que la ganadería es clave para el sustento de los pequeños agricultores de todo el mundo, en particular las mujeres, ya que les proporciona ingresos, capital, fertilizantes, combustible, energía de tiro, fibras y pieles. Según FAO, de los 770 millones de personas que sobreviven con menos de 1,90 dolares por día, aproximadamente la mitad depende directamente del ganado para su sustento. En muchas culturas, no solamente los sistemas de vida se basan en ganadería, si no que sus sistemas culturales se enfrentan al proyecto humano de la vida con humildad y respeto por las vidas de que dependemos, actitud posible sólo si aceptamos la muerte como parte de las relaciones ser humano/sociedades y la naturaleza.

Desde Amigos de la Tierra reivindicamos que existe un feminismo construido en el marco de la soberanía alimentaria. Un feminismo interseccional, popular y comunitario que se construye desde las bases y arraigado en las experiencias colectivas de mujeres, de lo local a lo global y entre lo rural y urbano.

Este 8 de marzo, desde casa, desde la calle, el balcón, las redes o el salón, movilízate.