Paso 8: Energía comunitaria, poniendo las energías renovables en manos de las personas

El cambio climático también tiene que ver con quién controla el sistema energético. Hoy en día, el sistema energético español está en posesión de un gran oligopolio energético. Nos mantienen enganchados a un alto consumo, toman decisiones que solo les beneficia a ellos, y que interfieren negativamente en la transición energética que necesitamos.

Para evitar los peores efectos del cambio climático es necesario romper la baraja y poner parte del sistema en manos de las comunidades y las personas. Las comunidades, las ciudades y la «ciudadanía energética» que genera su propia energía se sitúan a la vanguardia de la transición en nuestro país, también en Europa, y son quienes mejor trabajan por una mayor democratización y descentralización, hablamos de energía comunitaria.

En toda Europa, y en España en menor medida debido a trabas de todo tipo, esta revolución ya ha comenzado. Miles de personas y comunidades están construyendo sus propios proyectos renovables, instalando almacenes de energía e invirtiendo en ahorros y eficiencia energética para reducir sus necesidades. No solo reducen el consumo de carbón, sino que a menudo promueven la solidaridad y la cooperación como valores centrales. Así, involucran a grupos desfavorecidos o abordan la pobreza energética con el fin de proteger a personas vulnerables de la sociedad. Estas iniciativas nos muestran el camino a seguir.

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