El pasado 10 de septiembre se conocía la candidatura de Miguel Arias Cañete, exministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, como Comisario de Acción de Clima y Energía en la Comisión Europea. Desde un primer momento estamos criticando su nombramiento debido a la nefasta política ambiental desempeñada por el que fue ministro, y tomando medidas para evitar su nombramiento definitivo. Desde luego no podía haber una persona más inadecuada para el puesto dado su historial de daño al medio ambiente, y como miembro de un Gobierno que ha acabado con las energías limpias.

El Gobierno del que formaba parte Arias Cañete ha declarado la guerra a las energías renovables, sin que desde el Ministerio de Medio Ambiente se tratase de contrarrestar las políticas del Ministerio de Industria, el mismo que apoya la técnica del fracking (un sistema de extracción de gas con importantes daños a la salud y al medio ambiente). La falta de iniciativas para combatir el cambio climático y la falta de proactividad europea para que la UE asuma compromisos ambiciosos para luchar contra el cambio climático y por un nuevo modelo energético han sido otras de las notas clave que han caracterizado la gestión de este Gobierno.

Tampoco han tenido ningún problema a la hora de mantener abiertas centrales nucleares obsoletas. Y por si fuera poco, posteriormente a su salida, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente emitió una Declaración de Impacto Ambiental positiva a las prospecciones de petróleo en Canarias. A título personal, el nuevo encargado de llevar a Europa hacia la sostenibilidad energética se ha lucrado con actividades de bunkering (gasolineras ambulantes libres de impuestos para repostar combustible en el mar), contaminando en aguas internacionales.

En otras muchas dimensiones de la gestión ambiental, la actuación de Miguel Arias Cañete ha sido igualmente negativa.

A pesar de las terribles contradicciones en su nombramiento, si el exministro español resulta ser el nuevo Comisario de Acción por el Clima y Energía, le exigimos que lidere el cambio imprescindible para contribuir a resolver la grave crisis del cambio climático. En particular, exigimos:

• Objetivos vinculantes de ahorro, eficiencia energética y energías renovables dentro del Paquete de medidas para 2030 de los países de la Unión Europea acordes con las recomendaciones científicas.

• Apoyo económico y legislativo que favorezca los proyectos e iniciativas ciudadanas de energía renovable, en particular los gestionados de manera comunitaria o cooperativa, la llamada energía comunitaria.

• Objetivos ambiciosos de reducción de emisiones a nivel europeo, que se asuman de manera vinculante en el seno de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, así como compromisos de financiación suficientes para países empobrecidos.

• Rechazo del fracking, la energía nuclear y los subsidios a los combustibles fósiles.

Imagen del European Environmental Bureau