Nos sumamos a la campaña Los Lunes Sin Carne
Desde Amigos de la Tierra nos sumamos al movimiento Los Lunes Sin Carne, una campaña global con un sencillo mensaje: “reduce tu consumo de carne, y empieza por no comerla durante un día a la semana para luchar frente a la emergencia climática”.
De esta forma apoyamos este llamamiento a la ciudadanía para que se sensibilice sobre los impactos de la ganadería industrial.
Invitamos a la ciudadanía a reducir su consumo de carne y elegir una ganadería ecológica y extensiva. Sin embargo, la prioridad es presionar a las administraciones para conseguir unas políticas que den un giro al sistema alimentario. Por este motivo reclamamos una PAC, la Política Agraria Común, que impulse un modelo de producción de carne que mitigue los efectos de la emergencia climática, sea beneficiosa para la biodiversidad y apueste por un mundo rural vivo.
Impactos Ganadería Industrial
Los impactos sociales y ambientales del consumo desmesurado de carne producida de manera industrial van en aumento. La ingesta de proteína animal se ha quintuplicado en el último medio siglo. Las macro-explotaciones industriales de carne se han convertido en el método de producción ganadera con mayor crecimiento en todo el mundo, y en consecuencia se ha convertido en la responsable del 14% del total de las emisiones a nivel mundial, lo que supone la misma cantidad que todas las generadas por el transporte global.
La alimentación del ganado en el sistema industrial, a base de piensos, es el principal motor de la expansión de los monocultivos en todo el mundo y, por tanto, de la deforestación, empleándose una gran cantidad de agua y suelo para su producción. El 75% del terreno cultivable del planeta lo acapara la ganadería industrial y tan solo para producir una hamburguesa se necesitan 1.600 litros de agua.
Hace unos meses el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) alertaba sobre cómo la ganadería industrial implica un consumo elevado de recursos naturales y graves costes ambientales. Hay numerosos estudios que sugieren que un cambio de dieta en la población de los países industrializados tiene el potencial de combatir la crisis climática con la reducción de hasta un 50% las emisiones de CO2.
Además la ganadería industrial se caracteriza por el hacinamiento de animales en espacios muy reducidos donde apenas se pueden mover, así como por la contaminación de agua y suelos y por suponer una grave amenaza a las pequeñas granjas familiares.
Un modelo saludable
Las granjas familiares por el contrario, con la práctica de una ganadería a pequeña escala, suponen un gran valor ambiental y social, generan empleo en el medio rural, contribuyen al buen estado de los ecosistemas y mejoran nuestra salud. Se trata de una ganadería basada en la agroecología y los canales cortos de comercialización, que promueve un modelo saludable y un mundo rural vivo.
Apostamos por reducir el consumo de carne y elegir una ganadería ecológica y extensiva. Frente a la ganadería industrial: Menos carne, mejor carne, y una forma de conseguirlo es reduciendo el consumo de carne y eligiendo ganadería agroecológica.
Es vital reducir el consumo de carne y apoyar la producción de carne procedente de la ganadería extensiva y agroecológica, y reducir así los efectos del cambio climático, proteger la biodiversidad, promover el bienestar animal y garantizar que las personas productoras puedan trabajar dignamente y puedan vivir en un mundo rural vivo.