Los Planes Nacionales de Clima y Energía se ganan el suspenso
La Comisión Europea presentó ayer el análisis de los planes nacionales integrados de clima y energía para los próximos diez años: se confirma que la clase política no se toma en serio la crisis climática. Está claro que los Planes Nacionales de Clima y Energía se ganan el suspenso.
Los Estados miembro tienen hasta final de año para proponer las medidas que respondan a unos objetivos de clima y energía ya de por sí inadecuados.
Consideramos que para asegurar la participación ciudadana en la transición energética será preciso incluir sub-objetivos específicos de energía comunitaria y pobreza energética.
De acuerdo con el nuevo Reglamento de Gobernanza incluido en el Paquete europeo de Energía Limpia, los diferentes países tenían la obligación de presentar a la Comisión Europea a finales de 2018 sus Planes Integrados de Clima y Energía. En algunos casos, como el de España, el documento se presentó con meses de retraso. La finalidad de estos borradores era hacer una primera valoración sobre el compromiso de cada una de las partes europeas en materia de clima y energía, teniendo en cuenta los objetivos adquiridos previamente y el propio Acuerdo de París.
Sin embargo, una primera valoración de los mismos confirma que la clase dirigente de los 27 Estados miembro que lo han presentado (Reino Unido se ha abstenido), siguen sin tomarse en serio ni el actual momento de emergencia climática, ni las miles de voces de jóvenes que están tomando las calles y plazas de toda Europa semana tras semana.
A menos que haya mejoras sustanciales de aquí a finales de año, los objetivos acordados como el de penetración de renovables o eficiencia energética serán inalcanzables. Amigos de la Tierra ya criticó duramente que un 32% en renovables para 2030 era un objetivo insuficiente, y aún así la suma de los planes se queda a dos puntos de esa cifra. Todavía más pobre es la suma de esfuerzos en materia de reducción del uso energético, que en algunos casos está seis puntos por debajo del 32,5% acordado en Trílogo el año pasado.
Energía Comunitaria
Desde Amigos de la Tierra hemos analizado los borradores en busca de medidas concretas para el desarrollo de la energía comunitaria en Europa; una vez aprobado el derecho a producir, consumir, almacenar y vender energía por parte de la ciudadanía, ya sea de manera individual o colectiva. Sin embargo, solamente las propuestas de Escocia, Grecia y Países Bajos parecen contemplarla en el nuevo paradigma energético. España, así como el resto de países, debería fijar un sub-objetivo que sirviese para asegurar el rol activo de la ciudadanía en el sistema energético local y estatal.
La ciudadanía europea debería estar en el epicentro de la revolución energética y, sin embargo, se está perdiendo una oportunidad de oro para ello. En este caso, debemos tomar como referencia al país griego, también muy dependiente energéticamente del exterior, y poner en marcha medidas que sirvan para democratizar el sistema energético.
Pobreza Energética
Por su parte, la Comisión ha invitado a los Estados miembro a dar más detalles sobre las medidas destinadas a paliar la pobreza energética que sufren cada año millones de personas. Para este fin, la organización propone incluir un objetivo vinculante de reducción anual de pobreza energética en el nuevo borrador, y así lo transmitirá en la consulta pública que el Gobierno de España está obligado a hacer durante los próximos meses.
En un contexto de despilfarro energético, en gran parte debido a un sistema de transmisión y distribución altamente ineficiente, no es de recibo que las empresas realicen cortes de luz a las personas y colectivos más vulnerables de nuestra sociedad. Asegurar la cobertura básica energética para cada persona, y trabajar con las comunidades para mejorar la eficiencia energética en sus hogares debería reflejarse en el plan que el Gobierno presente a Bruselas a finales de año.