Los objetivos del Plan Nacional Integrado de Clima y Energía hipotecan el futuro de la ciudadanía
Desde Amigos de la Tierra respondemos a la consulta pública convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica sobre el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Hoy hemos hecho llegar algunas observaciones con el fin de lograr unos objetivos de descarbonización consecuentes con la magnitud del problema.
Desde Amigos de la Tierra respondemos a la consulta pública convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica sobre el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, presentado en su versión borrador a la Comisión Europea para su posterior evaluación y remisión de comentarios por parte de esta. Así, hemos hecho llegar hoy algunas observaciones y sugerencias con el fin de que sean tomadas en cuenta durante el transcurso de discusión y finalización del documento antes del 31 de diciembre de 2019.
Si bien este Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) pone sobre la mesa de negociación diversos temas de gran relevancia que, en 40 años de democracia en España, nunca habían recibido la atención necesaria, falla en cuanto a la fijación de objetivos generales, que resultan poco ambiciosos.
Los objetivos no están en consonancia con la ciencia climática
En línea general, consideramos que los objetivos generales y los específicos no se encuentran en consonancia con las indicaciones de la ciencia climática. Si además nos atenemos al compromiso adquirido en París, para ser realmente líderes europeos, deberíamos lograr una descarbonización total de toda la economía para 2040, y a día de hoy, los objetivos europeos para 2030 fracasan estrepitosamente.
El actual acuerdo europeo de reducción de emisiones al que se acoge España, está actualmente desfasado y, por si fuera poco, toma como año de referencia 1990, momento en el cual este país aún no había alcanzado el pico de su desarrollo. La asociación propone en su lugar, tomar como año base 2010, en línea con el año elegido por el IPCC, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático.
Esto supondría una reducción anual de emisiones del 7% de media para alcanzar la descarbonización total de la economía española una década antes de la prevista por el Gobierno. Cualquier otro objetivo general por debajo de estas cifras nos alejaría tanto del cumplimiento de nuestra deuda histórica como de las indicaciones de la ciencia. Una situación que no nos podemos permitir como país extremadamente vulnerable al cambio climático.
El actual borrador debería ser más explícito a la hora de señalar que el carbón no tendrá cabida en el mix energético español en el próximo lustro, y el parque nuclear debería ser cerrado en 2025.
Energía Comunitaria: la ciudadanía como protagonista para lograr una descarbonización real
Además señalamos que la energía renovable una herramienta excelente de empoderamiento ciudadano, y que gracias a una serie de nuevos derechos a nivel europeo, la ciudadanía debe convertirse en protagonista en el nuevo modelo energético. Articulada en las que se conocen como comunidades energéticas renovables, ciudadanía, autoridades locales, y pequeñas y medianas empresas deberían poder optar a reconocimiento y medidas de apoyo para realizar inversiones colectivas en instalaciones de energía renovable, y su derecho a producir, consumir, vender y almacenar energía, garantizado. Por este motivo, abogamos por un sub-objetivo específico en términos de Energía Comunitaria, y que sea más amplio que la actual propuesta de desarrollo de redes de frío y de calor.
Se espera que a lo largo del año, vuelva a haber otras oportunidades para incidir sobre el plan que definirá la acción climática española de la próxima década, y que sentará la base para una estrategia a largo término encaminada a descarbonizar todos los sectores de la economía española mucho antes de mitades de siglo.
Documento participación consulta pública Amigos de la Tierra