La Plataforma por un Nuevo Modelo Energético de la que forma parte Amigos de la Tierra, compuesta por más de 700 activistas y 50 organizaciones sociales, ambientales, sindicales y políticas de ámbito estatal acudieron el pasado 14 de marzo a la puerta del edificio donde el lobby profracking Shale Gas España, realizaba una rueda de prensa para justificar el fracking, la fractura hidráulica para extraer gas no convencional en nuestro país. Desde la Plataforma, esa misma mañana, llevamos a cabo una acción para mostrar que la sociedad civil rechaza esta práctica, que contribuye al cambio climático, tiene un gravísimo impacto ambiental, contamina los acuíferos y pone en peligro la vida de las poblaciones cercanas.

Desde la Plataforma insistimos en que como ciudadanos y ciudadanas no vamos a consentir que con motivo de enriquecer a unas pocas corporaciones privadas, se ponga en peligro la salud y el patrimonio ambiental de toda la sociedad.

Fracking en España

Está demostrado que el fracking es peligroso e innecesario, y que España además tiene un potencial de energías renovables de primera magnitud. Por ello nos preguntamos ¿en qué sobres el ministro Soria ha visto que la fractura hidráulica sea positiva para la sociedad española?

Ya tenemos el ejemplo de otros países para saber de qué forma está afectando el fracking a las personas y al medio ambiente. En Estados Unidos, donde el fracking cuenta con más de un millón de explotaciones, los casos de enfermedades, las explosiones de gas, el envenenamiento del agua por compuestos altamente peligrosos que se inyectan a gran presión en el subsuelo, están generando una gran movilización social que pide de manera urgente que se abandone esta práctica.

Existen motivos más que suficientes para exigir al Gobierno que prohíba el fracking por atentar contra la seguridad ciudadana y ambiental, como ya se ha hecho en otros países, como Francia o Bulgaria. Es por tanto necesario crear un nuevo modelo energético basado en el ahorro, la eficiencia, las energías renovables y la soberanía energética de la propia ciudadanía. Por todos estos motivos seguiremos movilizándonos.