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Solidaridad Internacional

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La liberación palestina es una causa africana

Ir a La liberación palestina es una causa africana 15 mayo 2025

Nos hacemos eco del comunicado de nuestros compañeros de Amigos de la Tierra África en solidaridad con Palestina. 

El 15 de mayo, el mundo conmemorará el 77 aniversario de la Nakba (palabra árabe que significa “catástrofe”), que recuerda el desplazamiento masivo de más de 700.000 palestinas y palestinos tras el establecimiento del Estado de Israel en 1948. Con el respaldo de la ONU y su  Plan de Partición, Israel fue creado a partir del territorio histórico de Palestina sin el consentimiento de su población árabe nativa.

El plan benefició desproporcionadamente a la minoría judía, mientras que la mayoría palestina quedó desamparada y sin Estado. Se erradicaron aldeas y se desplazaron familias enteras y comenzó una crisis de refugiadas/os que continúa al día de hoy. La Nakba no fue algo puntual, sino el comienzo de una campaña continua de desplazamiento, ocupación y apartheid.

En términos ambientales, la agresión militar israelí también ha provocado un ecocidio generalizado -la destrucción sistemática del ecosistema natural. Se han diezmado las tierras de cultivo, arrasado olivares, contaminado fuentes de agua y destruido obras de infraestructura esenciales. El bloqueo impide a la población palestina gestionar los desechos, acceder a agua limpia y cultivar, lo que viola su derecho a un medioambiente saludable. Esta devastación ambiental no es un daño colateral, es parte de una estrategia más amplia que pone en la mira tanto a las personas y el pueblo como a los ecosistemas.

Desde la Operación Tufan Al-Aqsa del 7 de octubre de 2023, la campaña sistemática de desplazamiento, ocupación y terror de Israel ha cobrado una nueva y espeluznante firmeza. Israel ha desplegado una ofensiva militar implacable y desproporcionada, poniendo en evidencia el genocidio en curso y eliminando cualquier apariencia de mesura que pudiera quedar. La magnitud y brutalidad de los ataques no dejan dudas sobre la intención de Israel, ya que comunidades enteras de Gaza han sido objeto de ataques aéreos indiscriminados, desplazamientos forzados y castigos colectivos. El ataque deliberado contra infraestructuras civiles -hospitales, escuelas e incluso campos de refugiados- revela un esfuerzo sistemático no sólo para aplastar cualquier forma de resistencia, sino para erradicar a un pueblo, su historia y su futuro. Lo que alguna vez fue una ocupación encubierta, ahora quedó expuesta como lo que verdaderamente es: una campaña violenta de limpieza étnica.

A pesar de la indignación internacional, los llamamientos a favor de un alto al fuego han sido ignorados o aprovechados para beneficio propio. Se ha impedido el paso de los camiones de ayuda y se los ha atacado, se han violado las treguas y la destrucción sigue impune. Gaza enfrenta hambrunas, desplazamientos masivos y la aniquilación de comunidades enteras.

Mientras tanto, el Norte Global -especialmente Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido- continúa ofreciendo respaldo político, ayuda militar e inmunidad diplomática a Israel. Otros, incluida gran parte de la UE y organismos internacionales clave, siguen en silencio. Su complicidad, activa o pasiva, hace posible esta catástrofe.

El Sur Global conoce el dolor del colonialismo y el desplazamiento. Como africanas y africanos, vemos ecos de nuestras propias luchas en la dura realidad palestina, y ese reconocimiento conlleva responsabilidad. Nuestra solidaridad ha de ser más vigorosa y estar más orientada a la acción.

África mantiene desde hace mucho tiempo profundos vínculos históricos con Palestina. Desde las luchas anticoloniales hasta las experiencias compartidas de opresión, las naciones africanas han apoyado una y otra vez el derecho de Palestina a la autodeterminación. La Unión Africana tiene el deber de recordar esta historia y honrar los lazos de solidaridad entre África y Palestina. Es imperativo que la Unión Africana se mantenga firme en su compromiso con la justicia, garantizando que las voces de las personas y pueblos oprimidos no sean silenciadas por conveniencias políticas o intereses económicos.

En los últimos años, varias naciones africanas han robustecido su posicionamiento en apoyo a los derechos de la población palestina. Sudáfrica, marcada por su propia lucha contra el apartheid, ha emprendido acciones judiciales contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia. Pero el liderazgo moral también exige rendir cuentas en términos económicos. Como proveedor de carbón a Israel, Sudáfrica debería poner fin a esas exportaciones -siguiendo el ejemplo de Colombia- para ayudar a cortar ese suministro vital de la maquinaria de guerra israelí. Un embargo energético representaría un mensaje contundente, terminando el apoyo a los ataques militares y al mismo tiempo reafirmando el compromiso de África con la justicia climática y una transición energética justa.

Otros países sin vínculos comerciales directos también tienen un papel que desempeñar. Los boicots económicos a los productos israelíes son cruciales. Las personas consumidoras en todo el mundo tienen que ejercer presión sobre las empresas cómplices de la ocupación. Rechazar la complicidad económica es una forma de resistencia potente y pacífica, tal como la promueve el movimiento mundial de BDS.

Los recursos de África -explotados durante mucho tiempo por potencias imperiales- no han de utilizase para mantener la opresión. La unidad continental es esencial para reivindicar nuestro poderío y construir un futuro basado en la justicia.

Amigos de la Tierra África se solidariza con el pueblo palestino. Hacemos un llamamiento a las naciones, comunidades y movimientos africanos para que emprendan acciones y contribuyan a poner fin al genocidio y desmantelar el apartheid, y exijan justicia y dignidad para todas y todos.

En Amigas de la Tierra contamos con el apoyo de más de un millón de personas en más de 70 países de los cinco continentes