La Comisión Europea puede autorizar el cultivo de un peligroso maíz transgénico
Agricultores, consumidores y ecologistas alertan de los riesgos y demandan a Europa políticas sostenibles para el medio ambiente, la agricultura y la alimentación
La Comisión Europea se reúne mañana, miércoles, en Bruselas para tratar la posible autorización del cultivo de un maíz transgénico propiedad de la multinacional estadounidense Pioneer Hi-Bred. El maíz es resistente a un herbicida muy tóxico y las evaluaciones de riesgo realizadas incumplen la legislación. Amigos de la Tierra, Confederación de Consumidores y Usuarios, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, Eceologistas en Acción, Greenpeace y la Red de Semillas han dirigido una carta al Vicepresidente Joaquín Almunia solicitándole que se posicione en contra de la autorización.
El maíz transgénico conocido como maíz 1507 presenta dos modificaciones genéticas, por una parte segrega una toxina para combatir la plaga del taladro del maíz y además es tolerante al herbicida glufosinato. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) solo ha evaluado el riesgo del insecticida, pero no ha estudiado los impactos de la tolerancia al herbicida glufosinato, una sustancia clasificada como de toxicidad aguda en la Unión Europea.
La aprobación y el cultivo de este maíz tolerante al glufosinato implicaría un aumento de la aplicación de este herbicida, “aspecto que no se ha incluido en la evaluación de riesgo pese a ser una de las consecuencias inmediatas más peligrosas”, afirmó Blanca Ruibal responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra. “La propia EFSA ha reconocido que este maíz puede perjudicar a mariposas y polillas. Pero no ha investigado otros impactos ambientales graves como los efectos en las abejas. Sería una temeridad por parte de la Comisión autorizar el cultivo, ya que no hay información contrastada para tomar una decisión”, concluyó Ruibal.
La empresa había demandado a la Comisión por el retraso en la autorización, el Tribunal General de la Unión Europea falló en septiembre a favor de Pioneer, por ello la Comisión debe tomar una decisión ya sea favorable o no a la autorización del cultivo.
Esta Comisión empezó su mandato con la polémica autorización de la patata transgénica de la empresa alemana BASF. Un cultivo que resultó ser un fracaso comercial hasta el punto de retirar la variedad del mercado. “La Comisión tiene ahora la oportunidad de aprender de sus errores. La agricultura europea no necesita transgénicos, ni son más productivos ni representan una solución a los problemas agrarios. Los campesinos y campesinas de Europa necesitamos que las autoridades europeas apuesten firmemente por una agricultura diversificada, respetuosa con el medio ambiente y de calidad”, señaló Andoni García representante de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas.
España es el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala, pese a la creciente oposición de la ciudadanía. Mientras, muchos países europeos han prohibido su cultivo, incluyendo las grandes potencias agrícolas como Francia o Alemania. “Los consumidores no quieren transgénicos en la alimentación. Ahora que las multinacionales biotecnológicas han comprendido esto y se están retirando del mercado europeo una autorización de un nuevo transgénico no tendría sentido desde ningún punto de vista”, declaró Ana Etchenique de la Confederación de Consumidores y Usuarios.