La importancia de cooperar sobre el terreno
Desde hace más de 25 años Amigos de la Tierra trabajamos en Centroamérica mano a mano con las comunidades locales. Cada 8 de septiembre se conmemora el Día del Cooperante en honor a los y las profesionales que trabajan por el desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza junto a las poblaciones más vulnerables del planeta.
Por eso hoy tenemos la excusa perfecta para dedicar una mirada cariñosa a las personas que trabajan para hacer posible unos proyectos de cooperación que además en el contexto actual ponen aún más en valor su capacidad de adaptación a otras culturas y realidades y a los nuevos contextos como pueda ser en estos momentos la pandemia del Covid-19. La pandemia ha hecho mucho más difícil las vidas de las familias y colectivos más vulnerables, como el campesinado y las mujeres.
En este contexto y a pesar de él, seguimos apostamos por la participación ciudadana, la incidencia política y las escuelas de formación en derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las mujeres para la toma de decisiones.
Queremos resaltar la labor de unos y unas profesionales que sienten como un privilegio la posibilidad de lograr cambios desde lo local para construir una sociedad más justa, solidaria y respetuosa con el medio ambiente.
En Honduras tenemos la oportunidad de trabajar por el fortalecimiento de capacidades de familias vulnerables, redes de mujeres, movimientos campesinos y ecologistas para establecer un modelo de desarrollo rural con justicia de género, social y ambiental en el Corredor Seco. A su vez, promovemos la defensa de derechos humanos, medios de vida y semillas autóctonas, la formación política y agroecológica y la conservación ambiental.
En Nicaragua, nos hemos centrado en trabajar conjuntamente con organizaciones locales para promover la soberanía alimentaria de familias campesinas mediante la agroecología. Apoyamos a cooperativas agrícolas y pesqueras, muchas de ellas lideradas por mujeres, en el fortalecimiento de sus procesos productivos y de comercialización en mercados locales, promoviendo la mejora de medios de vida y la protección ambiental.
Hoy queremos subrayar el compromiso de los y las trabajadoras que contribuyen a través de los proyectos de cooperación al logro de transformaciones sociales y cambios a través de la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad, de una producción más sostenible de alimentos saludables y nutritivos, de la generación de oportunidades para un desarrollo económico más justo y solidario, y la defensa de los derechos humanos de los colectivos más vulnerables y la igualdad y equidad de género. Como afirma nuestro compañero Xavi desde Honduras, y como ciertamente ha quedado demostrado en estos tiempos de pandemia: Cooperar es la Solución.