El próximo 16 de junio comienza la Semana Mundial Sin Carne, y una vez más denunciamos los impactos de la ganadería industrial a través de una nueva publicación en la que abordamos cómo se relaciona nuestro consumo de carne con los problemas ambientales.

A través del informe La alimentación, los ecosistemas, los animales y las personas,  ponemos de manifiesto que la producción de carne industrial supone una grave amenaza para el medio ambiente y un gran derroche de recursos naturales.

La carne sigue siendo un alimento muy extendido en Europa. En promedio, la ciudadanía europea consume el doble de la cantidad de carne recomendada por los expertos en salud. Un puñado de empresas internacionales está adquiriendo un control cada vez mayor sobre la producción intensiva de carne a nivel global. Las granjas se han convertido en fábricas donde los animales son una mera mercancía que se vende a bajo precio. En consecuencia las personas dedicadas a la ganadería a pequeña escala no pueden competir con precios tan baratos.

Los animales a menudo se crían en condiciones deficientes y son tratados con violencia, lo que también es negativo para la salud humana. En Europa el 99% de los antibióticos empleados se destina a uso ganadero. Esta práctica conlleva la aparición de resistencias a los antibióticos. Cuando los antibióticos dejan de ser eficaces, no solo afecta a los animales, sino también a los humanos.

Además la producción y el consumo de carne es una de las principales causas de la crisis climática, siendo responsable de un 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, provocando la degradación de los suelos,  el acaparamiento de tierras y el consecuente desplazamiento de comunidades, entre otros.

Desde Amigos de la Tierra a través de la campaña Menos Carne, Mejor Carne, apostamos por un nuevo modelo agroalimentario, basado en la reducción en el consumo de carne y la elección por otra proveniente de la ganadería agroecológica. Además la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con modelos alimentarios sostenibles y resilientes, en los que se apueste por la cercanía, la agroecología y favorecer la economía social, apoyando a las personas que trabajan el campo.

Hemos lanzado una campaña de petición de firmas en la que reclamamos al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que cuide y proteja el campo y la alimentación, y que en este caso lo haga apoyando proyectos de ganadería ecológica y extensiva.

Reducir el consumo de carne y apoyar la producción de carne procedente de la ganadería extensiva y agroecológica, es vital para reducir así los efectos del cambio climático, proteger la biodiversidad, promover el bienestar animal y garantizar que las personas productoras puedan trabajar dignamente y puedan vivir en un mundo rural vivo.