Hoy, 9 de julio, ha tenido lugar la votación del Parlamento Europeo sobre Economía Circular, en la que los parlamentarios han reconocido la necesidad de medir el uso neto de recursos naturales y de marcar objetivos más elevados de reciclaje.

Amigos de la Tierra celebra la aprobación de los apartados del que avanzan hacia la economía circular y un consumo sostenible de los recursos naturales. Estos apartados estaban reflejados en el anterior paquete de Economía Circular de la Comisión Europea y, ahora, han sido retomados por la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo. En esta ocasión el Parlamento ha votado a favor de:

– Objetivos obligatorios de reciclaje de un 70% de los residuos municipales en 2020 y un 80% de los residuos de envases en 2030.

– Medidas para limitar la incineración de residuos reciclables en 2020, y la eliminación de los subsidios a las infraestructuras de incineración.

– Establecimiento obligatorio de cuatro indicadores del uso del suelo, agua, materiales y carbono en 2018, propuestos por Amigos de la Tierra.

A pesar de la aprobación de estos puntos clave, Amigos de la Tierra lamenta la rebaja del objetivo de reducción de un 30% de productividad (uso de recursos en relación al PIB generado) de los recursos, que ha pasado a ser vinculante a voluntario.

Este informe es una clara llamada de atención a la Comisión Europea para que cumpla con su compromiso de publicar un nuevo Paquete de Medidas para una Economía Circular, realmente ambicioso, con la inclusión de las medidas aprobadas hoy por el Parlamento y otras con mayor alcance.

Según Alodia Pérez, responsable del área recursos naturales de Amigos de la Tierra, “el Gobierno español debería tomar nota del mandato europeo y poner en marcha una estrategia estatal de consumo de recursos naturales en la que se incluya la planificación de residuos necesaria para asegurar el cierre del ciclo”.

Para satisfacer el sobreconsumo actual de bienes y servicios de las sociedades del Norte Global se requiere la extracción de grandes cantidades de recursos naturales en el planeta. Dicha explotación conlleva graves impactos, tanto en el medio ambiente, como en las comunidades que viven en las zonas de extracción de recursos.

Además, la situación actual refleja claras injusticias sociales, económicas y ambientales entre regiones y generaciones. Ahora tenemos la oportunidad política para cambiar esta realidad. La Unión Europea debe perseguir una economía circular que cubra las necesidades de las personas dentro de los límites del planeta.

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