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El compromiso de la comunidad internacional es insuficiente para frenar las peores consecuencias de la emergencia climática

Ir a El compromiso de la comunidad internacional es insuficiente para frenar las peores consecuencias de la emergencia climática 3 marzo 2021
  • El informe de síntesis sobre las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs) publicado por Naciones Unidas confirma que la ambición en los compromisos de reducción de emisiones de los países, en especial de los países ricos, es insuficiente para evitar las peores consecuencias de la emergencia climática.
  • Europa debe liderar el aumento de ambición necesario comprometiéndose a una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 65% para 2030. España, por su responsabilidad histórica en las emisiones, debe plantear en la nueva Ley de cambio climático y transición energética un compromiso mínimo del 55% para 2030.
  • La crisis sanitaria del COVID19 no puede ser una excusa para retrasar los compromisos climáticos. La Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio climático y la Intersección de Bonn deben seguir siendo los mecanismos que impulsen la ambición necesaria y para ello, deben asegurar la igualdad de acceso para las personas delegadas del Sur Global y para las personas observadoras de la sociedad civil global.

Las contribuciones determinadas a nivel nacional, NDCs por sus siglas en inglés, son el mecanismo principal creado en el marco del Acuerdo de París para impulsar la reducción de emisiones globales necesaria para evitar las peores consecuencias de la emergencia climática. El informe de síntesis de las NDCs entregadas por tan solo 75 países de todo el mundo, publicado recientemente por Naciones Unidas, confirma que los compromisos de reducción internacionales son insuficientes para lograr el objetivo de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5°C.

Los países del Norte Global, y en concreto Europa, tienen una responsabilidad histórica en las emisiones de gases de efecto invernadero por lo que, según el principio de “responsabilidad compartida pero diferenciada” en el que se asienta el Acuerdo de París, su ambición debe ser mayor.

“Los países del Norte global tienen una responsabilidad histórica en la emergencia climática en la que nos encontramos” ha recordado Cristina Alonso, responsable de Justicia Climática de Amigos de la Tierra. “Las consecuencias de nuestra economía sucia ya nos están afectando y las comunidades con menos responsabilidad y menos recursos para afrontarlas, son los que más están sufriendo. Europa debe aumentar urgentemente su ambición estableciendo nuevas y más fuertes NDCs que alcancen como mínimo el compromiso de reducción de emisiones del 65% para 2030, así como aumentando sustancialmente sus contribuciones de financiación climática”.

La comunidad científica ha establecido la necesidad de conseguir una reducción anual del 7,6% de las emisiones en los próximos 10 años. Lo que para España significaría una reducción del 55% de las emisiones para 2030.

“España es uno de los países de Europa más vulnerables frente a la emergencia climática y el Gobierno no puede permitirse hacer oídos sordos a la ciencia” ha añadido Alonso “Tanto en la futura Ley de cambio climático y transición energética, como a través de una actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), España debe contemplar una reducción de emisiones del 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2040. No hay otra opción”.

La Cumbre para el clima de Naciones Unidas (COP26) que debía celebrarse en Glasgow en noviembre de 2020, tuvo que ser aplazada a consecuencia de la crisis sanitaria internacional de la COVID19. Actualmente, no hay claridad aún sobre las fechas ni el formato en el que se celebrará este año la COP26, considerada como un momento clave para analizar y aumentar la ambición de los compromisos nacionales (NDCs).

Sobre la mesa está la posibilidad tanto de posponerla como de trasladarla total o parcialmente a un espacio digital. El actual contexto de falta de ambición por parte de los países y las dificultades para desarrollar con normalidad los espacios de debate y decisión sobre el cambio climático, han puesto a la sociedad civil en alerta.

“Una negociación virtual excluiría aún más a la sociedad civil mundial, disminuyendo significativamente la transparencia y la responsabilidad. Es inaceptable. Las experiencias de los espacios de digitales desarrollados por la ONU durante el último año han mostrado importantes problemas de acceso para las delegaciones del sur global” ha dicho Cristina Alonso de Amigos de la Tierra. “La Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio climático y la Intersección de Bonn deben seguir siendo los mecanismos que impulsen la ambición necesaria y para ello, deben asegurar la igualdad de acceso para las personas delegadas del Sur Global y para las personas observadoras de la sociedad civil global. Si es seguro celebrar negociaciones en persona, éstas deben incluir plenamente a la sociedad civil mundial. Si no se puede asegurar la participación del Sur Global y de la sociedad civil, la Cumbre debe retrasarse. Sea como sea, con Cumbre presencial o sin Cumbre, en ningún caso, la COVID19 puede ser una excusa para retrasar los compromisos climáticos que pueden y deben avanzar”.

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