El alto el fuego no es el final, es el principio

Compartimos y nos hacemos eco de las palabras de Amigos de la Tierra Internacional, junto con Amigos de la Tierra Palestina (PENGON) con respecto al alto el fuego. Queremos expresar nuestro sincero reconocimiento y gratitud a todos nuestros grupos miembros, entidades y personas aliadas y simpatizantes, por apoyarnos en la defensa de los derechos humanos del pueblo palestino y por luchar con nosotras por la justicia en Palestina.
Con este nuevo acuerdo de alto el fuego se ha dado un primer paso crucial para poner fin a la guerra, la pérdida de vidas y el sufrimiento generalizado. Esto proporcionará un alivio muy necesario al pueblo palestino de Gaza, que ha soportado penurias y destrucción inimaginables a lo largo de esta guerra.
Hacemos llegar nuestro más sentido pésame a las innumerables familias que han perdido a sus seres queridos y a quienes se han visto desplazadas o heridas. Los estragos de esta guerra han sido profundos y han afectado a todos los aspectos de la vida, incluido el acceso a los servicios esenciales, la educación y la dignidad humana básica.
Este momento de respiro debe ser un momento para la reflexión y la solidaridad continua, pero también para la acción urgente. Es el momento de reconstruir y salvar lo que queda de Gaza. Para lograrlo, insistimos en la necesidad de un alto el fuego sostenido que garantice la seguridad y la justicia para la población de la Franja de Gaza.
Tras 472 días de genocidio, se ha anunciado un alto el fuego oficial. Sin embargo, es crucial ser conscientes de lo siguiente:
Para el pueblo palestino, el alto el fuego no marca el fin del genocidio ni del ecocidio. El ritmo sólo se ha ralentizado. Un alto el fuego NO es una declaración de paz. NO constituye justicia. NO es una forma de libertad. No es más que una pausa en la continua eliminación del pueblo palestino y de su tierra. Puede que por ahora las bombas hayan dejado de caer, pero la ocupación israelí sigue despojando, matando y destruyendo.
La magnitud de la destrucción es asombrosa. Hogares, escuelas, hospitales e infraestructuras vitales han resultado dañados, dejando a las/os supervivientes navegando por un paisaje de dolor y ruina. A medida que las familias comienzan a regresar a lo que queda de sus hogares, se enfrentan a la desgarradora realidad de la pérdida y a la abrumadora tarea de reconstruir sus vidas desde las cenizas.
Días después del alto el fuego, Israel ha lanzado una operación militar a gran escala en Cisjordania. Actualmente están intensificando su actividad militar en distintas zonas, principalmente en el norte, además de aislar pueblos y ciudades mediante el uso de las más de 898 puertas y puestos de control que han sido instalados.
En Gaza, los 19 años de bloqueo han convertido la Franja en una prisión al aire libre, donde a 2,3 millones de personas se les niega el acceso a agua potable, electricidad y suministros médicos.
Esta era la realidad mucho antes del genocidio, y ahora, incluso después del alto el fuego, las consecuencias de la devastación han intensificado estas penurias, haciendo que Gaza tenga que soportar dificultades y limitaciones aún mayores que la han convertido en una zona inhabitable.
Esto no puede continuar. Para iniciar el cambio hacia una justicia real, nuestras exigencias son las siguientes:
– Solicitamos a todos los gobiernos que:
- apoyen económicamente la reconstrucción de Gaza basándose en la soberanía del pueblo palestino;
- cesen la exportación de todo tipo de armas, asistencia militar y piezas de repuesto a Israel;
- cumplan sus obligaciones en virtud de la CPI como primer paso hacia la consecución de la justicia y la rendición de cuentas.
– Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que emprenda acciones sólidas y tangibles de apoyo al pueblo palestino:
- presionando a los gobiernos para que apliquen las medidas mencionadas;
- presionando a las empresas que se benefician de la ocupación israelí para que pongan fin a sus actividades, como Mekorot;
- compartiendo las historias del pueblo palestino, sus luchas y sus demandas de libertad y el fin de la Ocupación.