Datos de sobreconsumo a prueba de “cuñadismos” para un cambio de modelo económico
En estas fiestas, el sobreconsumo suele ser el leitmotiv de todos los días, comida, tecnología, ropa, juguetes, más y más regalos…, pero ¿qué pasa con el resto del año? ¿Es que no hay sobreconsumo?, ¿se queda todo en Navidad? La respuesta es sencilla. El sobreconsumo al que nos incitan las grandes marcas está en cada rincón de nuestra vida. No paramos de consumir de forma desproporcionada. Tanto que en Europa y en España ya hemos superado el límite de nuestra capacidad, lo que quiere decir que necesitamos más de dos planetas para mantener nuestro estilo de vida.
Tú y yo lo tenemos claro, pero siempre están los cuñados de turno que defienden el modelo económico a capa y espada, algo también muy típico en estas fechas. Así que hoy lanzamos esta web de “sobreconsumo” para llamar la atención sobre el tema y echarte una mano en la ardua tarea de dejarles sin palabras. En la misma te encontrarás unos datos muy jugosos para combatir cualquier tipo de negacionismo en tus comidas navideñas.
Necesitamos replantearnos el modelo de producción y consumo
Vivimos en una sociedad de consumo basada en el crecimiento continuo. El sistema actual extrae recursos naturales, produce, consume y desperdicia como nunca antes habíamos visto. ¿Pero el sobreconsumo ha venido para quedarse? Lo cierto es que está muy afianzado en nuestro modelo de vida y parece complicado escapar del mismo, pero no nos engañamos es irreal, una forma de comportarse totalmente inviable que está consumiendo nuestro planeta y pone en peligro la vida de millones de personas. Y es que el consumo y los recursos naturales no se reparten de la misma forma, mientras algunas personas tienen que decrecer, es necesario que otras crezcan para garantizar una vida digna.
Es cierto que cada cual en su casa puede optar por llevar una vida más sostenible, organizar unas fiestas más verdes, con menos regalos materiales y menos desperdicio. Sin embargo, no es ahí donde tenemos que poner el foco o, desde luego, no solo ahí. Si queremos vivir en un mundo más equitativo para todas las personas que también tenga en cuenta los ecosistemas y las vidas que los habitan, es necesario replantearnos el modelo económico que rige nuestras vidas.
Datos anti cuñadismos para darle la vuelta al sistema
La gente y los países que menos consumen son los que sufren los peores impactos de la crisis climática, principalmente las mujeres, los pueblos indígenas y otros colectivos vulnerables. Por ejemplo, cerca del 90 % de las muertes relacionadas con la contaminación atmosférica ocurre en países con salarios bajos y medios, muchas de ellas debido a las actividades industriales que alimentan el sobreconsumo de Occidente.
La ciencia nos dice que no seremos capaces de separar el crecimiento económico de los impactos sociales y ambientales. Necesitamos reiniciar la economía y dejar atrás la obsesión por el crecimiento. La extracción y el procesamiento de materias, combustibles y comida representan alrededor de la mitad de todas las emisiones climáticas. Son responsables de más del 90 % de la pérdida de biodiversidad y la falta de agua potable.
Necesitamos reducir la producción y el consumo, necesitamos decrecer, y esto conlleva la redistribución de los recursos. Para reducir la pobreza es esencial reducir la riqueza, solo así lograremos un reparto justo y equitativo de recursos naturales que cubra las necesidades de la población.