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Compostaje y agroecología para luchar frente al cambio climático

Ir a Compostaje y agroecología para luchar frente al cambio climático 11 diciembre 2018

La Sierra de Guadarrama acoge múltiples iniciativas de recogida selectiva y compostaje, un ejemplo de ello es el municipio de Soto del Real. En este caso, desde Amigos de la Tierra hemos hecho de puente entre dos prácticas vecinales que pueden presumir de responsabilidad y movilización ciudadana. Como te imaginas, la colaboración de los vecinos y vecinas ha sido clave para garantizar el éxito de este proyecto pionero en la gestión de residuos orgánicos.

Gracias a esta iniciativa se está cerrando el ciclo de los residuos orgánicos, transformándolos en compost y aprovechándolos como abono para la huerta, en vez de malgastarlos desaprovecharlos y contaminar, como sucede con la gestión omnipresente en la mayor parte de la Comunidad de Madrid que los llevaría a incineradoras o vertederos.

El primer paso es la recogida separada de los residuos orgánicos, en la que participan algo más de 50 familias. Se hace mediante recogida “puerta a puerta”, en la urbanización de Sierra Real. Este sistema es uno de los más eficaces para separar de forma adecuada los diferentes materiales y contribuir a la economía circular. Para llevar a cabo este proyecto desde Amigos de la Tierra y el Ayuntamiento de Soto del Real hemos trabajado mano a mano para dar a conocer a los habitantes de la urbanización la importancia de separar adecuadamente sus residuos, haciendo especial hincapié en la materia orgánica para que pueda ser posteriormente compostada. Además de estas 52 familias que actualmente participan en el compostaje comunitario, hay 22 familias más, en la misma urbanización, que realizan auto-compostaje, es decir, tratan ellos mismos la fracción orgánica de sus residuos. En el conjunto del municipio son más de 200 familias.

Una vez separados y recogidos, los residuos orgánicos se llevan a la huerta comunitaria de Soto, en la que cuentan con un punto de compostaje comunitario con 6 compostadoras de 1m3 cada una, 3 han sido realizadas manualmente, aprovechando palets, por los integrantes del huerto y otras 3 son de plástico reciclado. La recogida se inició en mayo de 2018. Aproximadamente un año antes, la huerta comunitaria se hacía realidad, gracias a la voluntad de los vecinos y vecinas que presentaron un proyecto a los presupuestos participativos y consiguieron que la ciudadanía la votase. La existencia de este huerto y el apoyo y colaboración de sus miembros ha sido determinante para que el proyecto de recogida separada de la orgánica que se realiza en una urbanización muy próxima, sea una realidad. El terreno en el que se asienta el huerto es una parcela municipal en desuso, que fue cedida en 2017, mediante convenio con el ayuntamiento. Es importante destacar que el cultivo es en ecológico y que las semillas utilizadas son de polinización abierta.

El compost obtenido, además de ser usado en diferentes parcelas del huerto, se ha aplicado en una parcela de 9 m2, aún sin uso, en la que no se había aplicado ningún tipo tratamiento ni enmienda al suelo. Esto nos permitirá comprobar de primera mano de qué manera mejora el suelo en estructura, composición y biodiversidad, y también nos mostrará, además de su fertilidad, su potencial en la lucha contra el cambio climático.

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Esta huerta forma parte de la investigación que agrupa el análisis de compost y su aplicación, para conocer su contribución en la adaptación al cambio climático, en territorios con condiciones y características muy diferentes. La investigación cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Fundación Biodiversidad.

 

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