Celebramos la inclusión del Sistema de Depósito, pero reclamamos porcentajes y medidas efectivas para impulsar la reutilización
Ayer se publicó el Proyecto de Real Decreto de envases y residuos, y desde Amigos de la Tierra celebramos el paso que ha dado el Gobierno, encaminado a establecer un sistema de depósito de envases. Sin embargo, aunque el sistema de depósito de envases supone una reclamación histórica de la asociación, lo vemos como el primer paso de una carrera en la que van a paso de tortuga.
A pesar de que este sistema tiene un gran potencial, principalmente para la reutilización de envases, no puede ser que los porcentajes de reutilización que se establecen en este RD sean de un 10% en 2025 y un 20% en 2030. La reutilización es una de las medidas principales ante la crisis climática y ecológica que vivimos; no podemos permitirnos desaprovechar recursos energéticos en plantas de reciclaje cuando podemos reutilizar los materiales. Además, es indispensable que el SDDR se amplíe a otros envases y no solo abarque a los de bebidas.
Otro de los puntos clave del decreto es que hace referencia a prohibir los envoltorios plásticos de frutas y verduras, lo cual es sin duda una gran noticia, aunque siempre tendremos que cuidar que estos envoltorios no se sustituyan por bio-plásticos o por otros envases de usar y tirar, que perpetúan un sistema de usar y tirar que no nos podemos permitir en un planeta finito. En este sentido ya denunciamos a través lanzamos el estudio “Biofakes: el engaño de los bio-plásticos” , que el término bio-plástico es ambiguo y que su uso no está regulado, lo que permite que las empresas lo utilicen con libertad a pesar de que la mayor parte de estos productos están compuestos por plásticos convencionales y no son más sostenibles que éstos.
Destacamos el epígrafe sobre el “fomento de la venta a granel”, una medida totalmente insuficiente que no se acompaña de objetivos concretos.
En definitiva, vemos positivos los anuncios del Gobierno, y esperamos que no ceda ante la presión de la industria y que establezca objetivos de reutilización a la altura de la emergencia planetaria en la que nos encontramos. El SDDR tiene un gran potencial que no puede quedarse únicamente en favorecer el reciclaje.