Amigos de la Tierra exige a Europa la apuesta por el 30% de reducción de emisiones
Amigos de la Tierra Europa ha acogido bien el informe de la Comisión Europea sobre el impacto de una ambiciosa reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en Europa. La organización ha advertido sin embargo que la Unión Europea debe llevar el objetivo al 40% de reducción para 2020 y dejar de recurrir al comercio de carbono como solución a la crisis climática.
El estudio de la UE publicado hoy reconoce la necesidad de reducir entre un 25% y un 40% las emisiones en 2020 para tener posibilidades de mantener la temperatura del planeta a niveles razonables. Hasta ahora no ha habido voluntad política de incrementar el objetivo deficiente del 20% propuesto en Copenhague, por lo que la propuesta de la Comisión supone una importante contribución para superar el bloqueo de las negociaciones internacionales.
David Heller, coordinador de Justicia Climática y Energía de Amigos de la Tierra Europa declaró que «Connie Hedegaard ha dado un primer paso aunque aún es insuficiente. Si se aprueba el objetivo del 30% estaremos más cerca del 40% que nos permitirá evitar las peores consecuencias del cambio climático. No sólo es un objetivo asumible sino que además es necesario. Los gobiernos europeos deben actuar ya para recortar las emisiones nacionales sin recurrir a sistemas de compensación como el Mecanismo de Desarrollo Limpio, que no contribuyen a reducir las emisiones ni a crear empleo en Europa».
Objetivos de reducción de emisiones
“El objetivo del 20% para la reducción de emisiones propuesto en la última cumbre era inservible para frenar el cambio climático. Esperamos que la UE cumpla con esta nueva propuesta, y garantice y ofrezca las herramientas para que los estados miembro puedan ponerlo en práctica y reduzcan sus emisiones”, señaló Alejandro González, responsable de Cambio climático y Energía de Amigos de la Tierra.
El comunicado de la Comisión, que ha sido ampliamente difundido, ya ha sido atacado por grupos industriales que ven los objetivos de reducción muy ambiciosos, y los consideran como una amenaza a la competitividad, a pesar de las oportunidades económicas y del empleo que supone el crecimiento verde.
En realidad, la crisis financiera significa que el 20% de reducción se alcanzaría fácilmente con la tendencia actual, por lo que existe un riesgo real de que no se hagan verdaderos esfuerzos de recortes de emisiones.