La campaña «Alimentos kilométricos» denuncia el grave daño ambiental y la contribución al cambio climático del transporte de alimentos, centrándose en los datos de las importaciones del Estado español. ¿Garbanzos procedentes de México? ¿Lentaja castellana cultivada en EE.UU.?

Los últimos datos disponibles de 2011 revelan que importamos más de 25 millones de toneladas de alimentos, emitiendo más de 4 millones de toneladas de CO2. Los alimentos importados han recorrido de media casi 4.000 kilómetros antes de llegar a los mercados. Lo que supone un gasto anual de 23.000 millones de euros en importar alimentos de otros países, en muchos casos, se trata de alimentos que pueden ser producidos dentro de nuestras fronteras como el vino, las manzanas o los garbanzos.

Ante la situación de crisis ecológica y económica no es justificable que un país con nuestro clima y recursos agrarios importe cada año toneladas de verduras de Bélgica o Marruecos. Las importaciones están sustituyendo producciones características de nuestro territorio y nuestro paisaje, por ejemplo, el 80% de los garbanzos que consumimos vienen de México.

La dependencia de España de alimentos importados no solo tiene impactos ambientales, sino que compromete la viabilidad de la actividad agraria. Los agricultores y agricultoras cercanos, que producen alimentos con mayor respeto por el medio ambiente, estándares de seguridad más elevados y mantiene vivo el medio rural encuentran serias dificultades para que su actividad sea viable.

En Amigos de la Tierra presionamos a los decisores políticos para invertir esta situación y animamos a la ciudadanía a cambiar esta sin ranzón a través de su elección: siempre productos locales y de temporada o comprar directamente a los agricultores y agricultoras.

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