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Soberanía Alimentaria

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A través del Atlas de los Insectos denunciamos el colapso global de los insectos que provoca la agricultura industrial

Ir a A través del Atlas de los Insectos denunciamos el colapso global de los insectos que provoca la agricultura industrial 12 junio 2020

A través de este nuevo informe, Atlas de los Insectos,  publicado por Amigos de la Tierra Europa junto a la Fundación Heinrich Boll demostramos que los insectos están en declive en todo el mundo debido a la agricultura industrial y al uso intensivo de pesticidas que amenazan la producción de alimentos.

Otro motivo más para apostar por la pequeña producción agroecológica y sostenible y para reclamar que política agrícola garantice la transición hacia estas prácticas agroecológicas respetuosas con el medio ambiente y las personas.

Los insectos mantienen el sistema ecológico del planeta en funcionamiento y aseguran nuestro suministro de alimentos: el 75% de nuestros cultivos más importantes dependen de la polinización de los insectos. Los insectos también mejoran la calidad del suelo y reducen las plagas de las plantas al descomponer el estiércol y la materia vegetal muerta.

El Atlas de los insectos revela lo siguiente:

  • El 41% de las especies de insectos están en declive, y un tercio de todas las especies analizadas están en peligro de extinción
  • Los polinizadores, que contribuyen directamente a alrededor de 1/3 de la producción mundial de alimentos, están amenazados: al menos una de cada diez especies de abejas y mariposas en Europa está en peligro de extinción
  • El uso de pesticidas se ha multiplicado por cinco desde 1950, con más de 4 millones de toneladas rociadas en los campos de todo el mundo cada año. Dos tercios del mercado de pesticidas están dominados por cuatro compañías: BASF, Bayer, Syngenta y Corteva.
  • La explosión de las granjas industriales ha llevado a territorios densos en insectos de países, como Argentina y Brasil, a ser despejados con pesticidas con el fin de destinarlos a plantaciones de soja. En todo el mundo, suponen una superficie de 123 millones de hectáreas, una superficie 3,5 veces más grande que Alemania.

La evidencia es clara: el uso de pesticidas está acabando con las poblaciones de insectos y los ecosistemas de todo el mundo, y por ende amenaza la producción de alimentos. Unas pocas pero poderosas corporaciones controlan la mayor parte del suministro de pesticidas, y si esto no se controla, continuarán utilizando su inmensa influencia política para seguir imponiendo un sistema de agricultura industrial que continuará eliminando la naturaleza y destruyendo las comunidades rurales.

La pérdida global de insectos es dramática. Los monocultivos industriales están impulsando en países como Brasil o Indonesia, la deforestación, los desiertos agrícolas monótonos y el uso ilimitado de pesticidas. Solo en Argentina, el uso de pesticidas se ha multiplicado por diez desde la década de 1990. Los pesticidas de las principales compañías químicas como Bayer y BASF, que han estado prohibidos por mucho tiempo o ya no tienen licencia en la UE, continúan  comercializándose a nivel mundial casi sin restricciones. Como resultado, casi el 50% de los pesticidas en Kenia y más del 30% en Brasil son altamente tóxicos para las abejas. El acuerdo del Mercosur también negoció una reducción arancelaria para los productos químicos, incluidos los pesticidas. El objetivo de exportar aún más pesticidas a las regiones con mayor biodiversidad del mundo se burla de todos los esfuerzos nacionales de sostenibilidad.

El Atlas de los Insectos también muestra cómo la UE está a tiempo de apoyar modelos sostenibles de agricultura que eviten el colapso de los insectos y garanticen la producción de alimentos y los buenos medios de vida para las personas que trabajan la tierra y viven de la agricultura. Estas medidas pasarían por incluir:

  • Reducir el uso de pesticidas sintéticos en un 80% en la agricultura para el año 2030, con una transición justa para el sector agrícola: una propuesta respaldada por más de 350.000 ciudadanos de la UE.
  • Reformar radicalmente la Política Agrícola Común (PAC) para eliminar los pagos directos nocivos no selectivos, reservando al menos el 50% del presupuesto de la PAC para objetivos ambientales, de naturaleza y climáticos y apoyando a las personas que trabajan en la agricultura en la transición a la agroecología.
  • Eliminar los métodos de cultivo que aumentan el uso de pesticidas, como el cultivo de plantas genéticamente modificadas.
  • Tomar medidas urgentes para lograr los objetivos sugeridos en las estrategias europeas ‘De la Granja a la Mesa y la Biodiversidad’ para aumentar la agricultura ecológica, así como reducir el uso de pesticidas y fertilizantes para el 2030.
  • Reducir la producción y el consumo de carne procedente de ganadería industrial.
  • Reducir la demanda general de productos agrícolas de la UE para reducir la deforestación mundial.

Las Estrategias del Campo a la Mesa y Biodiversidad son los primeros pasos hacia una transición justa y sostenible del sector agrícola europeo. Pero no es suficiente: para proteger a los insectos no solo necesitamos buenas intenciones, sino estrategias específicas. La PAC debe contribuir de manera tangible y decisiva a una agricultura respetuosa con el clima y los insectos. Solo el 20% de todas las personas que viven de la agricultura en Europa obtienen el 80% de los subsidios de la PAC. Los subsidios para grandes áreas, de los que solo se benefician unas pocas grandes explotaciones, tienen que ser redirigidos para apoyar la pequeña agricultura, ecológica y sostenible.

Lograr el cambio necesario para salvar a las poblaciones de insectos, pasa porque el Parlamento Europeo y el Consejo aumenten drásticamente la ambición de las Estrategias de la Comisión Europea del Campo a la Mesa y Biodiversidad.

Amigos de la Tierra Europa y Heinrich-Böll-Stiftung estamos reclamando una nueva ley para reducir el uso de pesticidas en un 80% para 2030, así como otras medidas para preparar el camino hacia sistemas alimentarios más justos y ecológicos.

En Amigos de la Tierra contamos con el apoyo de más de un millón de personas en más de 70 países de los cinco continentes