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Recursos naturales y residuos

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17 de Junio, Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía

17 junio 2006

España tiene el 40% de sus 504.782 km2 amenazado por severos procesos de erosión y desertificación

La desertificación, esto es, la degradación de los suelos hacia zonas áridas, e incluso desiertos resultante de las actividades humanas, entre ellas el cambio climático, afecta aproximadamente a la sexta parte de la población mundial, al 70% de todas las tierras secas, equivalente a 3.600 millones de hectáreas, y a la cuarta parte de la superficie total de tierras del mundo. España es uno de los países desarrollados que sufre en mayor medida el problema de la desertificación y la erosión progresiva de suelos.

Un 40% de su superficie de 504.782 km2 se encuentra amenazada por procesos de desertificación, una cifra que va en aumento sostenido. Esto se debe a una mala gestión de los recursos hídricos, a prácticas agrícolas inadecuadas, a la construcción desmesurada de infraestructuras, y a un desarrollo urbanístico litoral descontrolado. “El recurso suelo debe recuperar su importancia en los ecosistemas. Hay que revalorar su productividad, tener en cuenta su fragilidad ante los impactos ambientales, y detener la enorme especulación económica sin ningún tipo de consideración ambiental”, reflexiona Alodia Pérez Muñoz, responsable del área de Residuos de Amigos de la Tierra, en conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra la Deserficación y la Sequía, en el Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación, proclamado por Naciones Unidas.

Desde Amigos de la Tierra consideramos que la desertificación es uno de los problemas más graves desde el punto de vista medioambiental. Entre otros efectos nocivos, genera pobreza, hambre, y afecta a la salud. En África, es uno de los principales problemas por solucionar para impulsar el avance y evolución de sus poblaciones. Con todo, la solución al problema no requiere grandes ni innovadoras tecnologías, sino un cambio de actitud de los ciudadanos y de las instituciones ante asuntos clave tales como el cambio climático, el tratamiento de los residuos biodegradables y la ordenación del territorio con criterio de sosteniblidad.

Dos asuntos son cruciales para el combate de la desertificación: la lucha contra el cambio climático y el tratamiento de residuos. La primera es uno de los principales instrumentos para combatir la falta de agua en nuestros suelos por la escasez de lluvia. En las épocas de sequía, los suelos, extremadamente secos, pierden su capacidad de retención hídrica: por tanto, en las siguientes lluvias la capacidad de absorción y adsorción se ve disminuida. Se crea así un ciclo en el que cuanta menos agua tenga un suelo, menos capacidad de recuperarse presentará. Para evitar la pérdida de riqueza del suelo mediante la contención de materia orgánica, la práctica de compostaje es una medida efectiva y viable para devolver al suelo la materia orgánica y proporcionar estructuras más propicias de retención de agua. Además, se evita la introducción de fertilizantes químicos, que aceleran el proceso de desertificación.

Por todo ello, Amigos de la Tierra centra muchos de sus esfuerzos en luchar contra el cambio climático, promover una gestión adecuada de los residuos, plantear alternativas para lograr una ordenación del territorio con criterios de sosteniblidad, etc., y evitar de esta forma daños transversales tan graves como el de la desertificación.

En Amigos de la Tierra contamos con el apoyo de más de un millón de personas en más de 70 países de los cinco continentes